viernes, 26 de noviembre de 2010

Y tú sonreirías...

Tomo el relevo en el asiento que ocupabas tú. El de la esquina, como siempre.

(A mí también me gusta más... Pero sé que si no me invitas a compartirlo en tus rodillas es porque te duele la espalda. Y allí tienes dos apoyos, y te duele algo menos. Por eso me siento bien al dejártelo.)

Me siento en el que hasta hace 20 segundos ha sido tu asiento. Ya te has marchado. Me recuesto contra la pared del tren. Está fría. Añoro el calor de tu cuerpo, que hasta hace un momento sostenía mi frente surcada de arrugas.

Ojalá no tuviera ese carácter. Ojalá no me angustiara tan fácilmente. Ojalá la sorpresa hubiera podido ser sorpresa de verdad.
...
Ojalá no estuviera enferma. Así esta tarde iría a buscarte al conservatorio. Te daría la sorpresa que tantas ganas tenía de darte. Y tú sonreirías. Y yo te haría feliz.

Y yo te haría feliz...

Y yo te haría feliz...

Y yo te haría feliz...

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Porque todos tenemos algo contra lo que combatir...

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Miguel Hernández
... por eso, no dejéis de ser niños.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Mi mejor razón para vivir:



Las cosas buenas no deberían cambiar nunca.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Volverá... Todo volverá.

Volverán las ocuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez, con el ala a sus cristales,
jugando llamarán.

G. A. Bécquer


¿Eres mi oscura golondrina?
Ven conmigo a jugar.