martes, 5 de julio de 2011

Intentando algo

Me has dado permiso para que, si quiero, intente algo.
Y eso estoy haciendo: intentando hacerte sonreir, y arreglar todo este estropicio que se ha liado.

Ains... ¿No podíamos, simplemente, detener el tiempo en un abrazo?
Con lo fácil que parece todo a tu lado, y lo que se complica cuando no estás aquí.
Con lo sencillo que es perderse entre tus besos.
Con lo que me gusta naufragar en tu mirada.

Pero lo más bello de todo, lo que más brilla en ti, es tu corazón.
Un corazón dorado que desprende esa cálida luz que hace que en mi vida siempre sea primavera.

Siempre tendré el corazón lleno de amor para darte...
Pero, por favor, nunca te canses de ganas mí.

Dicen que la vida es como las lentejas: o la tomas, o la dejas. Y yo no quiero perderme el placer de disfrutarla junto a ti. Por eso sigo empeñada en intentar hacerte sonreir, como una mosca dando topetazos contra un cristal, con la esperanza de encontrar ese resquicio que nos saque de este lío, y me permita volver a ver la luz del sol, que no será otra cosa que tu sonrisa.

Tap, tap, tap, tap, tap.... ¿Ya? ¿Es una sonrisa? ¿O tengo que ir a darte la murga detras de la orejilla (cual mosca cojonera) para que me abras la ventana?